Entrevista a Ignacio Díaz y Valentina Kappes: “No somos solo una voz”
Por: Consuelo Laclaustra
En esta entrevista conversamos con los artistas Ignacio Díaz y Valentina Kappes de Centro de Experimentación Escénica Valdivia -que nace en 2009 con el objetivo de profesionaliazr el área de la danza contemporánea y la promoción de las Artes Vivas- quienes este mes estuvieron realizando una residencia en NAVE como seleccionados de la Convocatoria Nacional Artes Vivas 2020. Aquí nos cuentan de su proyecto creativo Circadiano, un ser retrofuturista que rompe con las lógicas binarias, sobre sus expectativas al trabajar en el espacio y el foco colaborativo que marca la pauta para la exploración artística.
¿Cómo surge el interés en trabajar en NAVE? ¿Cómo llegan al espacio?
Ignacio: Con NAVE comenzamos colaborando desde MOVSur, con Danza Sur desde una relación político cultural. Finalmente nos encontramos desde lo creativo, Valentina no estaba en Chile y cuando volvió decidimos postular a un espacio fuera de Valdivia, donde tenemos nuestro lugar de trabajo permanente, para generar un cambio de contexto y una necesidad técnica, lo cual es un punto súper clave.
¿En qué consiste el proyecto al cual postularon a NAVE?
Ignacio: El proyecto ha ido mutando. Comenzamos en 2019 con algunas ideas, con el proyecto que postulamos “Adultos Fuera” que tuvimos que modificar porque proponía una metodología de trabajo muy participativa con niñes y jóvenes, específicamente del Liceo Artístico.
Valentina: Con este proyecto buscábamos romper con la idea del adultocentrismo, y la idea era cambiar el formato, donde no fueran obras de adultes para niños, sino que niñes dirigieran obras para niñes. Pero después del estallido social y la situación COVID, surge Circadiano.
I: Circadiano es el nombre, son los ritmos que ocurren cada día de todo lo orgánico y todo lo vivo. Estuvimos trabajando bajo esta idea en 2019 con exploradores sobre la iluminación, y el trabajo corporal. Paralelo a eso hemos ido trabajando en otras obras. Esto se ha mantenido abierto, durante la pandemia hicimos un primer video ensayo de proceso que también se llama Circadiano.
V: Hay tres grandes líneas en este proceso, con la investigación en luz, las técnicas análogas gráficas y la ficción especulativa, en estos cruces comienza a aparecer una criatura fuera de la lógica hombre, mujer, fuera de órbita, y establece un ecosistema en otro planeta, fuera de la esfera terrestre, de esta criatura.
I: Para sumar a eso, y para aclarar, cuando estamos pensando en estas especulaciones, nos alejamos de los futuros distópicos porque la distópico está a la vuelta de la esquina, nos tratamos de alejar de eso, como de generar futuros posibles que significan vinculaciones mucho más afectivas, más sensibles y sustentables.
¿De dónde surge este proceso?
V: Bueno, vivimos en Valdivia en el sur, y nuestro principal referente son las plantas, sobre todo plantas de maceta que nos acompañan en el lugar en que vivimos, hay una investigación lumínica de bajo costo, linternas, luces, lámparas, baja tecnología y eso, el cruce de esos dos mundos hace referencia a lo retrofuturista, que mezcla el pasado con el futuro. Esto se enfoca en la ficción de los ‘70, los cómics, las gráficas.
I: Y dentro de este mismo rubro, de nuevo aparecen ficciones, mucha de la investigación tiene que ver con ese escenario, hay una que filosóficamente nos interesa más, que es el Solar Punk. Las narrativas que nuestros mecanismo de creación siempre están saturados de información, generamos un banco común y nos volvemos locos compartiendo cosas, y sumamos a nuestros equipos creativos, partimos desde la visualidad, películas, series y se acompañan del mundo sonoro. Y hay un relato en particular, de Sergei Rikel Crackelet, astronauta ruso, que en la conquista del cosmos, este tipo estaba en órbita cuando la URSS cayó. Cuando cae el imperio, y este se divide, este cosmonauta estuvo despatriado, ya que ningún país se hizo cargo de su regreso, entonces el sujeto tiene una historia muy breve pero muy conmovedora, de estar fuera de la tierra y estar despatriado, él fue a-patriado, y se pusieron de acuerdo en bajarlo días después de lo que tenía que llegar; de ahí surge el abandono, lo político que viene a sustituir las relaciones más elementales. Su realidad supera toda ficción. Es tan ficticia su realidad que no tiene donde volver.
V: También este personaje que creamos trata de escaparse de esta imagen de héroe, es un personaje que se equivoca y que va a errar una y otra vez.
V: El tiempo en que relatamos este relato es donde esta criatura que lleva mucho fuera de órbita, sus reflexiones no son tan humanas. Y tiene otras orejas. (risas)
¿Cómo han podido desconstruir sus propios conocimientos “académicos artísticos” para crear este nuevo imaginario?
V: Algo esencial para romper con esa lógica, es trabajar con equipos; fotógrafo, gente detrás del proyecto musical y un inventor tecnológico quienes están en toda la cadena del proceso creativo. Nos tensionan nuestras metodologías de trabajo, no somos solo una voz.
I: Antes de eso incluso, ninguno de los dos estudió arte, yo soy ingeniero, la Valentina es artista gráfica, nos conocimos bailando, no teníamos certeza desde hace 10 años sobre como crear, todo ha sido intuitivo, hemos seguido caminos de error, y lo abrazamos, y eso ha sido parte fundamental del proceso, y en ese abrazar el error, hay una investigación en acción permanente, siempre estamos desarrollando la metodología de trabajo, lo colaborativo es lo que construye lo escena. Como es algo aprendido, la colaboración es lo primero que buscamos. Nos empezamos a acercar al núcleo creativo. La pregunta es interesante, pero no podemos responderla tanto porque no tuvimos una formación desde ese lugar, es más fácil que hayamos renunciando a nuestros otros campos de conocimiento, llevamos harto tiempo creando juntas, entonces tenemos la práctica de vaciarnos y tener buena memoria de lo que hemos hecho y nos quedamos con ciertas intenciones, el desarrollo de un personaje no es algo que se aleje de una perspectiva con la que hemos ido trabajando.
¿Cómo enfrentan el tema de los tiempos y la hiperproductividad del trabajo? ¿Cómo se enfrentan a eso metodológicamente?
V: Nuestros procesos suelen ser largos, y tenemos la suerte que encontramos lo modular que pueden ser parte de nuestros procesos, no pensar en una totalidad para generar una obra, o una muestra o venta del trabajo, sino que la misma obra se puede dividir en distintos espacios, y se pueden sumar a otras y completarlas, fragmentarla para que cada una tenga valor en sí mismo, y no tener el ansia del tiempo y la productividad.
I: Siguiendo la línea de lo modular, finalmente le sirve a otros procesos, tenemos más de un proceso abierto sin saberlo, no somos tan conscientes de hacia dónde debe llegar cada proceso, sino que la presentamos en ciertas dimensiones, y después hay una práctica más creativa. La idea de abrazar el proceso es lo más significativo, pero frente a eso también tenemos resultados porque de esto vivimos, eso también nos pasa, lo dejamos un poco abierto, y volver a revisar obras y personajes en torno a lo que nos vayan inventando. No terminan de morir nunca, a pesar de que pueden hablar de cosas muy distintas, hacer un banco en permanente renovación de material creativo.
¿Cuál es su opinión respecto a las políticas públicas culturales?
I: Esta reflexión la he tenido bastante, y hay una reflexión que me gustaría poner en esta instancia, hay mucho político que pasa en santiago, y hay una centralización de las formas en que se puede buscar soluciones, es interesante ver que hay un conflicto político, la concursabilidad es un problema, la competitividad, la hiperproductividad es otro problema, si pudiese sumar algo a eso, parece que el enfermo está siempre en Santiago cuando las cosas van más allá de eso. En el afán creativo la política pública tiene que estar territorializada para tener mejores soluciones y hacer escuchas más activos, porque el problema cultural en Chile no existe, ¿de cuál Chile, del Chile de arica? Es súper… homogenizador, en esos discursos homogeneizadores el mundo de la cultura necesita parar y observar y salir de la capital y ver qué hay muchas soluciones que están fuera.
Hay tantas aristas donde abordarlo, la política es incompleta y es neoliberal, y lo que sucede con los sujetos que componemos este ecosistema, hay un afán creativo con los grandes circuitos y lo demás quedan afuera. También tiene que ver con las políticas privadas de cada espacio, cuanta apertura tenemos, cómo nos relacionamos en redes y trabajamos en colaboración. Es más difícil hacerse cargo de la política pública que de nosotros mismos como gestores y espacios creativos.
V: Y personas que se vinculan en un territorio específico, es necesario y urgente cuestionar desde dónde y para donde dirigimos nuestros discursos e ideas creativas, hablar en nosotros sino también como seres vivos.