OLGA MESA & FRANCISCO RUIZ DE INFANTE
Olga Mesa (Avilés, 1962)
Coreógrafa y artista visual, Olga Mesa es una de las figuras claves de la danza contemporánea española. Desde los años noventa, su investigación se ha decantado hacia una escritura del cuerpo a la vez personal y renovada que la ha llevado a afirmar la parte de lo íntimo en la representación, por una construcción que combina la expresión y la percepción. Instalada desde el año 2005 en Estrasburgo, Olga Mesa ha hecho de la cámara una cómplice gracias a la cual se conjugan la experiencia del espacioy la cuestión de la mirada. Al prolongar el cuerpo con una herramienta de la visión, la cámara se convierte simultáneamente en sujeto y objeto de sus creaciones. A lo largo de su trayectoria internacional ha desarrollado un trabajo de carácter experimental, deliberadamente situado en los espacios liminales de la danza, de la performance y de las artes visuales. Sus obras escénicas encuentran fundamentalmente su desarrollo en proyectos temáticos: La trilogía del cuerpo, Res, non verba (1996-1999), el ciclo en cinco movimientos Más público, Más privado (2001-2006), el proyecto LabOfilm (2010-2012) y, actualmente, Carmen // Shakespeare (2012-2018).
Francisco Ruiz de Infante (Vitoria-Gasteiz,1966)
Artista fuera de formato, pertenece a una generación cuya sensibilidad viene marcada por el encuentro y la confrontación de las máquinas audiovisuales con los materiales más sencillos, hasta los más cotidianos. Maneja sin complejos la alta tecnología y el bricolaje de urgencia para construir sus intalaciones y sus películas. En su obra, reconstruye el modo en que funciona la memoria cuando se nutre del presente: a tirones llenos de errores de información, o como un torrente de imágene que vuelven a empezar sin fin. Francisco interroga algunos estados efímeros (presente/pasado/futuro), algunos espacios inestables, algunas paradojas (mamíferos acuáticos/malas semillas), varias pluralidades falsamente parecidas (real/imaginario), varios telediarios (o no) y varios complejos acceleradores del inconsciente…entre los cuales, claro, el cuerpo.